INDICE:
I.I TOPÓNIMO ESGUEVA
I.II PUEBLOS DEL VALLE
I-III MONUMENTOS
II- I LUIS DE GÓNGORA Y EL ESGUEVA
II- II REPLICAS DE FRANCISCO DE QUEVEDO
II- III CONTRA GÓNGORA (Cirilo García Román)
II - IV CAMBIO DE ESTACIÓN Y CAMBIO DE AÑO
II - V POEMA SEMBRANDO. MARCOS RAFAEL BLANCO BELMONTE
II - VI POEMAS SENTIDOS. ( POR ARSENIO ESCOLAR)
ojos claros serenos de Gutierre de Cetina
la amiga de bernal francés anónimo
mi vida es un erial de Bequer
el amor ascendia entre nosotros de Miguel Hernandez
soneto de Sor Juana Ines de la Cruz
esto es amor de Lope de Vega
lo fatal de Rubén Darío
nadie fue ayer de León Felipe
a una mujer que se afeitaba y estaba hermosa de uno de los Argensola
besos de Gabriela Mistral
el ciprés de Silos de Gerardo Diego
poderoso caballero es don dinero de Quevedo
el mañana efímero de Antonio Machado
lo cotidiano de Rosario Castellanos
a la salida de la carcel de Fray Luis de León
la lluvia no dice nada de Pedro Miguel Obligado
vida de José Hierro
canción hacia dentro de Julia Burgos
el principio de Blas de Otero
ya no de Idea Vilariño
fragmentonto de Don Juan Tenorio de José Zorrilla
hace un año que busco la forma de mi amado de Carilda Oliver
segundo soliloquio de Segismundo de Calderón de la Barca
los formales y el frio de Mario Benedetti
vivo sin vivir en mí de Teresa de Jesús
serranilla VII del Marqués de Santillana
último brindis de Nicanor Parra
poemas sentidos de Nicolás Guillén
poemas sentidos de Juan de la Cruz
poemas sentidos de Octavio Paz
fuego y nieve de Pedro Antonio de Alarcón
cuando regreses de Laura Victoria
contra jaime gil de biedma de Jaime Gil de Biedma
romance del conde olinos de autor desconocido
poema 20 de Pablo Neruda
autobiografia de Gloria Fuertes
ojos garzos a la niña de Juan del Encina
amar el dia, aborrecer el dia de Maria Zayas
la jaula de Alejandr Pizarnik
desde que te ausentaste de autor desconocido
no tires las cartas de amor de Joan Margarit
perdido ando señora entre la gente de Bernardo de Balbuena
historia postuma de Maria Eugenia Vaz Fferreira
crimen de Jose Angel Valente
fragmento del libro de buen amor del Arcipreste de Hita
yo te fui desnudando de ti mismo de Dulce Maria Loynaz
soneto CXXIX de Juan Boscan
para que yo me llame angel gonzalez de Ángel González
octubre de Juan Ramón Jimenez
fragmento de la égloga i de Garcilaso de la Vega
emoción vesperal de Ernesto Noboa y Caamaño
dineros son calidad de Góngora
nacer hombre de Adela Zamudio
cancion 8 de Rafael Alberti
Mia de nadie de Mia Gallegos
la muchachita pálida de Alfredo Espino
bajo la lluvia de Juana Ibargourou
canción de Diego Hurtado de Mendoza
recuerdo de sombras de Concha Mendez
la voz del viento de Ernestina de Champoucín
ay triste españa de cain de Miguel de Unamuno
anhelo de Dolores Veintimilla
peregrino de Luis Cernuda
soneto de los celos del Licenciado Dueñas
todos los dias de Josefina de la Torre
melancolia de Clementina Suarez
una tarde de Evaristo Silio
soneto de Leonor de la Cueva y Silva
brodway de Jose Maria Fonollosa
el pulpo de Elísabeth Mulder
soneto sobre la red de amor de Hernando de Acuña
cantico doloroso al cubo de la basura de Rafael Morales
no quiero de Angela Figuera Aymerich
perdí mi juventud de Gonzalo Rojas
la ameneidad de la primavera de Jose Tafalla Negrete
el poder del tiempo de Jose Cadalso
a las cumbres del guadarrama de García tassara
a mis hermanas de Leopoldo panero
romance del prisionero anónimo
evocación de Pilar de Valderrama
cuatro haikus de Miguel Dors
nocturno de Luis Alberto de Cuenca
sonaron tres golpes de Emilio Prados
palabras para Julia de Jose Agustín Goytisolo
soneto de Esperanza Clavera
nudo de J. Ramón fdz de Cano y Martín
casida de la alta madrugada de Felix Grande
yo se que ya mi voz se va perdiendo de Pedro Garfías
a ninguna parte de Roger Wolfe
en paz de Amado Nervo
tu has vuelto de Sara de Ibañez
a una bella de Juan Arolas
ven muerte tan escondida del comendador Escrivá
mísero leño del Duque de Rivas
el amor ha tales mañas de Florencia Pinar
I. I
Topónimo ESGUEVA.
Se trata de un nombre bien documentado en su evolución lingüística.
Del primitivo vocablo Agoseba, se llegó al actual Esgueva.
.- Agoseba aparece en un diploma de Ordoño III en favor de la Iglesia de León, del año 995.
.- En época de Alfonso VIII es siempre Axeva.
.- En el Becerro de Las Behetrias aparece siempre Esgueva, Val de Esgueva.
.- Agoseba es un compuesto de tres palabras ibéricas: Ago, que significa boca, Us que significa bosque e Ibai que significa rio.
Su significado es: rio del bosque.
Jesus Heras Aparicio
I.II
PUEBLOS QUE CONFORMAN EL VALLE ESGUEVA
En la provincia de Burgos:
Espinosa de Cervera, Valdeande, Santa María del Mercadillo, Pinilla Trasmonte, Bahabón de Esgueva, Santibáñez de Esgueva, Cabañes de Esgueva, Pinillos de Esgueva, Terradillos de Esgueva, Villatuelda, Torresandino, Villovela de Esgueva y Tórtoles de Esgueva.
En la provincia de Palencia:
Castrillo de Don Juan.
En la provincia de Valladolid:
Encinas de Esgueva, Canillas de Esgueva, Fombellida, Torre de Esgueva, Castroverde de Cerrato, Villaco de Esgueva, Amusquillo, Villafuerte de Esgueva, Esguevillas de Esgueva, Piña de Esgueva, Villanueva de los Infantes, Olmos de Esgueva, Villarmentero de Esgueva, Castronuevo de Esgueva, Renedo de Esgueva y Valladolid
I.III
Monumentos
En la zona burgalesa, encontraremos interesantes muestras de arte románico bajo la denominación de Escuela del Esgueva.
En la zona correspondiente a la provincia de Valladolid, pueden encontrarse monumentos románicos en Villafuerte de Esgueva y en Piña de Esgueva.
• Iglesia de Bahabón de Esgueva
• Iglesia de Cabañes de Esgueva
• Ermita de Santibáñez de Esgueva
• Iglesia de Pinillos de Esgueva- Monumento más representativo de la Escuela del Esgueva
• Iglesia de Terradillos de Esgueva
• Iglesia de Villatuelda - Tardorrománica de transición al gótico
• Iglesia de Torresandino
• Convento de Sta. Maria de los Valles, Torresandino
• Iglesia de Tórtoles de Esgueva
• Castillo de Encinas de Esgueva
• Iglesia de Encinas de Esgueva
• Iglesia de Castroverde de Cerrato.
• Restos de un castillo, de un castro celta y de una necrópolis romana en Castroverde de Cerrato.
II - I
LUIS DE GÓNGORA
Musa que sopla y no inspira,
y sabe por lo traidor
poner los dedos mejor
en mi bolsa que en su lira,
no es de Apolo, que es mentira,
hija musa tan bellaca,
sino del que hurtó la vaca
al pastor: a tal persona
pongámosle su Helicona
en las montañas de Jaca.
Musa que en medio de un llano,
llevando gente consigo,
tradujo al mayor amigo
de francés en castellano.
Musa que a su medio hermano,
hijo del planeta rojo,
o por trato o por antojo
sin besarlo lo vendió:
no estoy muy seguro yo,
pues me ha besado en el ojo.
Remitirele el proceso
a quien me pusiere dudas
en darle nombre de Judas
por el trato o por el beso.
Y aun acumularle a eso
la mano de Judas quiero,
pues me juró un caballero
que en casa de una señora
la semana pecadora
mató vela y candelero.
Y en delitos tan soeces
ved qué gramáticas usa,
que ha declinado su musa
por templum templi mil veces;
y a pesar de los jüeces
y de las leyes, acierta
con el templo y con la puerta,
si no es que dicen por yerro
que entra el gato como el perro
porque halló la puerta abierta.
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AL RIO ESGUEVA
I
A. ¿Qué lleva el señor Esgueva?
B. Yo os diré lo que lleva
Lleva este río crecido ,
y llevará cada día
las cosas que por la vía
de la cámara han salido,
y cuanto se ha proveído
según leyes de Digesto ,
por jüeces que, antes desto,
lo recibieron a prueba.
II
A. ¿Qué lleva el señor Esgueva?
B. Yo os diré lo que lleva
Lleva el cristal que le envia
una dama y otra dama,
digo el cristal que derrama
la fuente de mediodía ,
y lo que da la otra vía,
sea pebete o sea topacio ;
que al fin damas de Palacio
son ángeles hijos de Eva .
III
A. ¿Qué lleva el señor Esgueva?
B. Yo os diré lo que lleva
Lleva lágrimas cansadas
de cansados amadores,
que, de puro servidores,
son de tres ojos lloradas;
de aquél, digo, acrementadas
que una nube le da enojo
porque no hay nube deste ojo
que no truene y que no llueva.
IV
A. ¿Qué lleva el señor Esgueva?
B. Yo os diré lo que lleva.
Lleva pescado de mar,
aunque no muy de provecho,
que salido del estrecho
va a Pisuerga a desovar;
si antes era calamar
o si antes era salmón,
se convierte en camarón
luego que en el río se ceba.
V
A. ¿Qué lleva el señor Esgueva?
B. Yo os diré lo que lleva.
Lleva, no patos reales,
ni otro pájaro marino,
sino el noble palomino
nacido en nobles pañales ;
colmenas lleva y panales
que el río les da posada ;
la colmena es vidnada
y el panal es cera nueva.
VI
A. ¿Qué lleva el señor Esgueva?
B. Yo os diré lo que lleva.
Lleva sin tener su orilla
árbol ni verde ni fresco,
fruta que es toda de cuesco
y, de madura, amarilla;
hácese de ella en Castilla
conseva en cualquiera casa,
y tanta ciruela pasa ,
que no hay quien sin ella beba.
II-II
REPLICAS DE FRANCISCO DE QUEVEDO
I
Ya que coplas componéis,
ved que dicen los poetas
que, siendo para secretas,
muy públicas las hacéis.
Cólica diz que tenéis,
pues por la boca purgáis.
Satírico diz que estáis.
A todos nos dais matraca:
descubierto habéis la caca
con las cacas que cantáis.
II
De vos dicen por ahí
Apolo y todo su bando
que sois poeta nefando,
pues cantáis culos así.
Por lo cual me han dicho a mí
que desde hoy en adelante
diga que obras vuestras cante,
por el mandado de Apolo,
con el son de un rabel sólo
un rabadán ignorante.
III
No hay música donde estén
vuestros inmundos trabajos,
que si suenan bien los bajos,
los tiples no suenan bien;
y cuando tonos les den
a los que el mundo levanta,
¿cuál hombre o mujer que canta,
si tiene cabeza cuerda,
a pies de coplas de mierda
hará pasos de garganta?
IV
Con Esgueva es vuestro enojo:
nombre de sucio le dan,
siendo, de puro galán,
todos sus males de ojo.
Versos hacéis por antojo
que solo los bien nacidos
celebramos atrevidos;
que en otra conversación,
por ser sucios como son,
no pueden ser admitidos.
V
Vuestros conceptos alabo,
pues de puro buena pesca
los hacéis a la gatesca,
pues los hacéis por el rabo.
Tenéis un ingenio bravo;
hacéis cosas peregrinas;
vuestras coplas son divinas,
sino que dice un doctor
que vuestras letras, señor,
se han convertido en letrinas.
VI
Que alabe será muy justo
vuestros versos mi voz sola,
pues por ser todos de cola
se pegan a cualquier gusto.
Desde el scita al negro adusto
y desde el Tajo dorado
al Nilo tan celebrado,
no hay ingenio tan machucho
ni crecido, mas ¿qué mucho,
si crece de estercolado?
VII
Son tan sucias al mirar
las coplas que dais por ricas,
que las dan en las boticas
para hacer vomitar.
Un nombre os ando a buscar
que os cuadre derechamente,
y hallo que os llama un valiente
que de Córdoba os conoce
poeta de entre once y doce,
que es cuando vacia la gente.
VIII
¿Adónde hallaréis excusa
para lo que vemos todos,
que fue en verano y sin lodos
tan rabosa vuestra musa?
Si acaso Circe o Medusa
—o juntas ambas a dos—
os han mudado, por Dios
que olvidéis la prelacía,
antes que la policía
venga a conocer de vos.
IX
Yo por mí no pongo duda
en que las coplas pasadas,
según están de cagadas,
las hicisteis con ayuda.
Más vale que tengáis muda
la lengua, que en suciedades.
Dejad las ventosidades:
mirad que sois en tal caso
albañal donde el Parnaso
purga sus necesidades.
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Vuestros coplones, cordobés sonado,
sátiras de mis prendas y despojos,
en diversos legajos y manojos
mil servidores me los han mostrado.
Buenos deben de ser, pues han pasado
por tantas manos y por tantos ojos,
aunque solo me espanta en mis enojos
ver que cosa tan sucia haya limpiado.
Confieso que son aguas propiamente
las mías, pues que son las que hacen todos
, pero también os digo juntamente
que sois más sucio vos, pues que mis lodos,
mi estiércol, mi inmundicia y mi corriente
en la boca traéis de tantos modos.
No los tomé, porque temí cortarme
con lo sucio muy más que con lo agudo,
ni los quise leer por no ensuciarme.
Y así ya no me espanta el ver que pudo
entrar en mis mojones a inquietarme
un papel de limpieza tan desnudo.
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Dime, Esguevilla, ¿cómo fuiste osado
a subirte a las barbas del que ha sido
más escrito en España y más leído
y con más justo nombre celebrado?
Si porque te cantó le has murmurado,
tan solamente que te acuerdes pido
de que toman tus aguas apellido
de las que hace un pueblo tan honrado.
Guárdales, pues, respeto a versos tales,
que es muy necio en juzgar cosas tan varias
el que nunca salió de entre pañales.
¡Decir que son las coplas ordinarias!
Sino tan llenas de agudeza y tales,
que aún son a ojos de todos necesarias.
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I
En lo sucio que has cantado
y en lo largo de narices,
de más de que tú lo dices,
que no eres limpio has mostrado.
Eres hombre apasionado,
y por saber que es corona
la pasión en tu persona,
es punto muy necesario
que esté en el monte Calvario
puesta de hoy más tu Helicona.
II
Traducir un hombre al rey
de francés en castellano,
mandándolo por su mano,
es justo y por justa ley,
mas no a la plebeya grey
el rey por dinero o ruego,
como tu pariente ciego.
Y no hagas desto donaire,
que mi culpa es cosa de aire,
pero la tuya de fuego.
III
Por muy pequeña ocasión
sé que en perseguirme has dado:
de aquellos lo has heredado
que inventaron la pasión.
Satírico no es razón
ser un hombre principal
que tiene sangre real:
yo lo sé, que tus pasados
fueron todos salpicados
con la de un rey celestial.
Dirás: «Yo soy racionero
de Córdoba y de su iglesia»,
mas no es maravilla efesia
adquirirlo por dinero.
Longinos fue caballero
y Longinos fue judío.
De tu probanza me río:
al cabildo engañado has,
más podrá volverse atrás,
que no es el cabildo río.
V
Pues no fueron declinados
ni por sermo ni por templo
tus deudos, que, para ejemplo,
del templo fueron echados,
déjate de esos cuidados,
que decir mal es mal trato;
no seas a tu vida ingrato:
guárdate tras de esa salva,
no te muerda el perro de Alba
o te arañe el rostro el gato.
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II- III
Contra Góngora
( Cirilo García Román)
¡Oh qué malquisto con Góngora quedo,
con sus versos y su reverso oscuro!
En mi canon no te tengo: perjuro
burlarme en el último, y sin pedo.
¿Quiere ser bueno? Facil el remedio:
Vuelvase obtuso, pero por lo breve;
Y rio arriba en Aguachal abreve,
No en fétidas de cortesano enredo.
Fluya Esgueva con estos versos mios
Limpio y cristalino, no habiendo corte,
Y vengue escatológicos enojos;
Que pregonaré desde el sur al norte
Que, como el más humilde de los rios,
Tiene sus márgenes sin trampantojos
CAMBIO DE ESTACIÓN Y CAMBIO DE AÑO
CIRILO GARCIA ROMAN
PLEGARIA
Antesala de los hielos,
Tú que alumbras con tus ascuas
Embarazos de los fuegos,
Dulce otoño embriagador.
Tú que acallas con tus brisas
Las chicharras y los cucos
Y los trinos de los mirlos,
Baco altivo y segador,
Escondiendo en tus neblinas
Con tu manto de hojarascas
A las tórtolas y grillos,
¡Oh nostalgia de la flor!
Hoy te pinto con la tinta
De estos surcos quejumbrosos,
Mal remiendo de las briznas
De tus brumas y tu olor
Y de trazo con las trizas
De tus vientos olorosos
A los zumos de las viñas,
Suspendidos en vapor.
y te fijo con las niñas
De tus ojos tan acuosos
Por tu sangre de lloviznas
Y tu aroma de alcanfor.
Te suplico con ahinco
Que te quedes con nosotros,
Que no tengas mucha prisa
En ceder tu cetro al fiero
Marte cruel de nuestro invierno,
Pues eres nuestro pastor
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EL SEMBRADOR
De aquel rincón bañado por los fulgores
del sol, que nuestro cielo triunfante llena,
de la florida tierra donde entre flores
se deslizó mi infancia dulce y serena,
envuelto en los recuerdos de mi pasado,
borroso cual lo lejos del horizonte,
guardo el extraño ejemplo nunca olvidado,
del sembrador mas raro que hubo en el monte.
aún no se si era sabio, loco o prudente
aquel hombre que humilde traje vestía;
sólo se que al mirarle la gente
con profundo respeto se descubría.
Y es que acaso su gesto severo y noble
a todos asombraba por lo arrogante:
¡Hasta los leñadores mirando al roble
siente las majestades de lo gigante!
Una tarde de otoño subí a la sierra
y al sembrador sembrando, miré risueño.
¡Desde que existen hombres sobre la tierra
nunca se ha trabajado con tanto empeño!
quise saber curioso, lo que el demente
sembraba en la montaña sola y bravía;
el infeliz oyóme benignamente
y me dijo con onda melancolía:
-Siembro robles y pinos y sicomoros;
quiero llenar de frondas esta ladera,
quiero que otros disfruten de los tesoros
que darán estas plantas cuendo yo muera
¿Por qué tantos afanes en la jornada
sin buscar recompensa? dije. Y el loco
murmuró , con las manos en la azada:
-Acaso tu imaginas que me equivoco,
acaso por ser niño, te asombre mucho
el soberano impulso que mi alma enciende;
por los que no trabajan, trabajo y lucho,
si el mundo no lo sabe, ¡Dios me comprende!
Hoy es el egoísmo torpe maestro
a quien rendimos culto de varios modos:
si rezamos, pedimos solo el pan nuestro,
¡Nunca al cielo pedimos pan para todos!
en la propia miseria los ojos fijos,
buscamos las riquezas que nos convienen
y todo lo arrostramos por nuestro hijos.
¿Es que los demás padres hijos no tienen?...
Vivimos siendo hermanos sólo en el nombre
y en las guerras brutales con sed de robo,
hay siempre un fraticida dentro del hombre,
y el hombre para el hombre siempre es un lobo.
Por eso cuando al mundo triste contemplo,
yo me afano y me impongo ruda tarea
y se que vale mi pobre ejemplo,
aunque pobre y humilde parezca y sea.
¡Hay que luchar por los que no luchan!
¡Hay que pedir por todos los que no imploran!
¡Hay que hacer que nos oigan los que nos escuchan!
¡Hay que llorar por todos los que no lloran!
Hay que ser cual abejas que en la colmena
fabrican para todos dulces panales,
Hay que ser como el agua que va serena
brindando al mundo entero frescos raudales.
Hay que imitar al viento, que siembra flores
lo mismo en la montaña que en la llanura.
Y hay qe vivir la vida sembrando amores,
con la vista y el alma siempre en la altura....
Dijo el loco...y con noble melancolía
por las breñas del monte siguió trepando,
y al perderse en las sombras aún repetía:
¡Hay que vivir sembrando! ¡Siempre sembrando!....
Blanco Belmonte
II - VI
POEMAS SENTIDOS ( POR ARSENIO ESCOLAR)
Gutierre de Cetina
Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.
La amiga de Bernal Francés, de autor anónimo
Sola estoy en la mi cama
namorando mi cojín;
¿quién será ese caballero
que a mi puerta dice «abrid»?
-Soy Bernal Francés, señora,
el que os suele servir
de noche para la cama,
de día para el jardín.
Alzó sábanas de holanda,
cubriose de un mantellín;
tomó candil de oro en mano
y a la puerta bajó a abrir.
Al entreabrir de la puerta,
él dio un soplo en el candil.
-¡Válgame Nuestra Señora,
válgame el señor san Gil!
Quien apagó mi candela
puede apagar mi vivir.
-No te espantes, Catalina,
ni me quieras descubrir
, que a un hombre he muerto en la calle,
la justicia va tras mí.
Le ha cogido de la mano
y le ha entrado al camarín;
sentole en silla de plata
con respaldo de marfil;
bañole todo su cuerpo
con agua de toronjil;
hízole cama de rosa,
cabecera de alhelí.
-¿Qué tienes, Bernal Francés,
que estás triste a par de mí?
¿Tienes miedo a la justicia?
No entrará aquí el alguacil.
¿Tienes miedo a los criados?
Están al mejor dormir.
-No temo yo a la justicia,
que la busco para mí,
ni menos temo a criados
que duermen su buen dormir
. -¿Que tienes, Bernal Francés?
¡No solías ser así!
Otro amor dejaste en Francia
o te han dicho mal de mí.
-No dejo amores en Francia
que otro amor nunca serví.
-Si temes a mi marido,
muy lejos está de aquí.
-Lo muy lejos se hace cerca
para quien quiere venir,
y tu marido, señora,
lo tienes a par de ti.
Por regalo de mi vuelta
te he de dar rico vestir,
vestido de fina grana
forrado de carmesí,
y gargantilla encarnada
como en dama nunca vi;
gargantilla de mi espada
que tu cuello va a ceñir.
Nuevas irán al Francés
que arrastre luto por ti.
Sorpresa, de Federico García Lorca
Muerto se quedó en la calle
con un puñal en el pecho.
No lo conocía nadie.
¡Cómo temblaba el farol!
Madre.
¡Cómo temblaba el farolito
de la calle!
Era madrugada. Nadie
pudo asomarse a sus ojos
abiertos al duro aire.
Que muerto se quedó en la calle
que con un puñal en el pecho
y que no lo conocía nadie.
Lo inacabable, de Alfonsina Storni
No tienes tú la culpa si en tus manos
mi amor se deshojó como una rosa:
Vendrá la primavera y habrá flores…
El tronco seco dará nuevas hojas.
Las lágrimas vertidas se harán perlas
de un collar nuevo; romperá la sombra
un sol precioso que dará a las venas
la savia fresca, loca y bullidora.
Tú seguirás tu ruta; yo la mía
y ambos, libertos, como mariposas
perderemos el polen de las alas
y hallaremos más polen en la flora.
Las palabras se secan como ríos
y los besos se secan como rosas,
pero por cada muerte siete vidas
buscan los labios demandando aurora.
Mas… ¿lo que fue? ¡Jamás se recupera!
¡Y toda primavera que se esboza
es un cadáver más que adquiere vida
y es un capullo más que se deshoja!
Ajedrez, de Jorge Luis Borges
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?
El amor ascendía entre nosotros, de Miguel Hernández
El amor ascendía entre nosotros
como la luna entre las dos palmeras
que nunca se abrazaron.
El íntimo rumor de los dos cuerpos
hacia el arrullo un oleaje trajo,
pero la ronca voz fue atenazada.
Fueron pétreos los labios.
El ansia de ceñir movió la carne,
esclareció los huesos inflamados,
pero los brazos al querer tenderse
murieron en los brazos.
Pasó el amor, la luna, entre nosotros
y devoró los cuerpos solitarios.
Y somos dos fantasmas que se buscan
y se encuentran lejanos.
Romance de la jura de santa Gadea, de autor anónimo
En santa Águeda de Burgos,
do juran los hijosdalgo,
le toman la jura a Alfonso
por la muerte de su hermano;
tomábasela el buen Cid,
ese buen Cid castellano,
sobre un cerrojo de hierro
y una ballesta de palo
y con unos evangelios
y un crucifijo en la mano.
Las palabras son tan fuertes
que al buen rey ponen espanto.
—Villanos te maten, Alfonso;
villanos, que no hidalgos;
de las Asturias de Oviedo,
que no sean castellanos;
mátente con aguijadas,
no con lanzas ni con dardos;
con cuchillos cachicuernos,
no con puñales dorados;
abarcas traigan calzadas,
que no zapatos con lazo;
capas traigan aguaderas,
no de contray ni frisado;
con camisones de estopa,
no de holanda ni labrados;
caballeros vengan en burras,
que no en mulas ni en caballos;
frenos traigan de cordel,
que no cueros fogueados.
Mátente por las aradas,
que no en villas ni en poblado,
y sáquente el corazón
por el siniestro costado,
si no dijeres la verdad
de lo que te es preguntado:
si fuiste o consentiste
en la muerte de tu hermano.
Las juras eran tan fuertes
que el rey no las ha otorgado.
Allí habló un caballero
que del rey es más privado:
—Haced la jura, buen rey,
no tengáis de eso cuidado,
que nunca fue rey traidor,
ni papa descomulgado.
Jurado había el rey
que en tal nunca se ha hallado;
pero allí hablara el rey
malamente y enojado:
—Muy mal me conjuras, Cid;
Cid, muy mal me has conjurado;
mas hoy me tomas la jura,
mañana me besarás la mano.
—Por besar mano de rey
no me tengo por honrado,
porque la besó mi padre
me tengo por afrentado.
—Vete de mis tierras, Cid,
mal caballero probado,
y no vengas más a ellas
desde este día en un año.
—Pláceme, dijo el buen Cid;
pláceme, dijo, de grado,
por ser la primera cosa
que mandas en tu reinado.
Tú me destierras por uno,
yo me destierro por cuatro.
Ya se parte el buen Cid,
sin al rey besar la mano,
con trescientos caballeros,
todos eran hijosdalgo;
todos son hombres mancebos,
que ninguno había cano;
todos llevan lanza en puño
y el hierro acicalado,
y llevan sendas adargas
con borlas de colorado.
Mas no le faltó al buen Cid
adonde asentar su campo.
Soneto, de sor Juana Inés de la Cruz
Al que ingrato me deja, busco amante;
al que amante me sigue, dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata;
maltrato a quien mi amor busca constante.
Al que trato de amor, hallo diamante,
y soy diamante al que de amor me trata;
triunfante quiero ver al que me mata,
y mato al que me quiere ver triunfante.
Si a éste pago, padece mi deseo;
si ruego a aquél, mi pundonor enojo:
de entrambos modos infeliz me veo.
Pero yo, por mejor partido, escojo
de quien no quiero, ser violento empleo,
Esto es amor, de Lope de Vega
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.
Lo fatal, de Rubén Darío
Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror…
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber a dónde vamos,
ni de dónde venimos!…
Canción hacia dentro, de Julia de Burgos
¡No me recuerdes! ¡Siénteme!
Hay un sólo trino entre tu amor y mi alma.
Mis dos ojos navegan
el mismo azul sin fin donde tú danzas.
Tu arco-iris de sueños en mí tiene
siempre pradera abierta entre montañas.
Una vez se perdieron mis sollozos,
y los hallé, abrigados, en tus lágrimas.
¡No me recuerdes! ¡Siénteme!
Un ruiseñor nos tiene en su garganta.
Los ríos que me traje de mis riscos,
desembocan tan sólo por tus playas.
Hay confusión de vuelos en el aire?
¡El viento que nos lleva en sus sandalias !
¡No me recuerdes! ¡Siénteme!
Mientras menos me pienses, más me amas.
En el principio, de Blas de Otero
Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
Ya no, de Idea Vilariño
Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.